Pues parece
que se van encontrando mis ideas, esas que vagabundean algo
perdidas por mi cabeza, con las palabras adecuadas que las puedan
expresar.
Es en el
momento de manchar el papel, cuando se agolpan todas intentando salir
en tropel, creando tal confusión, que se mezclan en un paroxismo de
estupideces sin sentido. Algo que me hace lamentar el momento que en
que decidí que el desierto es muy grande para andar sin rumbo,
esperando encontrar eso que nadie sabe muy bien como utilizar, pero
que te ayuda a ordenar el caos.
Un caos
confuso como una amalgama de colores que, cuando los juntas, esperas
que por lo menos aparezca un gris neutro y termina saliendo ese
horroroso tono marronaceo que te hace recordar todo lo que no
pretendías.
Todo este
sinsentido para ilustrar una foto que muestra que lo importante no es
dónde, ni el cuándo, ni siquiera el “qué”. Lo importante es...
que no lo hay, pues lo importante te distrae y termina perdido en el
desierto de las ideas errantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario